Felicidad y sus Orígenes Filosóficos

Bienestar y Felicidad

Los puntos de vista sobre la buena vida han sido descritos como “Filosofía de la Felicidad”. Sócrates señala que el único determinante de si uno tiene una vida buena y feliz, es el logro de la sabiduría; y la sabiduría implica la virtud alcanzada por vivir de acuerdo con la razón y como resultado de las ideas filosóficas adecuadas. Platón desarrolla una teoría teleológica de la felicidad en donde la Forma del Bien es aquella que es absolutamente deseada y por lo tanto el cumplimiento de todo esfuerzo; alcanzar el conocimiento de la Forma del Bien es el punto en el cual todos los esfuerzos y deseos terminan, y esto, puede llamarse nada más que felicidad. Aristóteles, como Platón, considera la felicidad como el fin supremo y final. Aristóteles caracteriza a la felicidad como el fin último de la lucha en una vida humana, como suficiente para una vida buena, e incapaz de seguir mejorando una vez que se logra.

Cuando hablamos de felicidad, debemos recordar que es un estado interior del ser humano, compuesto por tres partes principales: satisfacción, afecto positivo y afecto negativo.

Abstracto de un escrito de Eduardo Escalante

Comprender el concepto de felicidad nos ayuda a tener un marco de referencia y enfoca nuestras vidas a procurar tener felicidad con lo que observamos en el exterior, pero también es importante y valioso lo interior, es por esto que las hormonas o los neurotransmisores de la felicidad son valiosos en nuestra vida diaria.

 

Aspectos Orgánicos de la Felicidad y el Bienestar

 

Extracto de Asociación Educar para el Desarrollo, Universitas Business School

“Las emociones son nuestras compañeras constantes y están presentes en cada una de las decisiones que realizamos. Las emociones, son respuestas fisiológicas que nos preparan para la acción; están diseñadas para alejarnos del peligro y acercarnos a la recompensa, lo que significa que surgieron evolutivamente para contribuir al cuidado de nuestra supervivencia. La palabra emoción proviene del latín emovere, que significa agitar y estimular. Las emociones están fuera de la consciencia y los sentimientos son la consciencia de la emoción.

Las emociones contribuyen a que podamos consolidar información en nuestra memoria y poder recuperarla en situaciones futuras en donde un estímulo pueda ser comparado con algo que nos sucedió para orientarnos en cómo actuar ante el mismo, por ello es importante comprender que las mismas forman parte de todo proceso de aprendizaje. Por ejemplo, imaginemos que sucedería si en la mañana, al levantarnos para ir a la oficina, la organización a la que pertenecemos queda asociada emocionalmente al placer o al dolor; sin lugar a duda las emociones no serán las mismas, la motivación para ir a trabajar tampoco y nuestro desempeño muy diferente, este sencillo ejemplo nos muestra el valor del bienestar y la felicidad en las organizaciones desde la más sencilla respuesta de nuestra biología.”

Sabías que tu cuerpo puede liberar de forma natural sustancias que ayuden a incentivar el bienestar y la felicidad, evitando las sustancias antidepresivas y ansiolíticas, por medio de las hormonas: oxitocina, serotonina, dopamina y endorfina los cuales son conocidos porque ayudan a mantener un óptimo desempeño de nuestro cuerpo.

Oxitocina: La oxitocina, conocida como la hormona del amor, es mucho más que un simple componente biológico. Es una hormona y un neurotransmisor, además es uno de esos elementos químicos cerebrales más poderosos a la hora de modular nuestro comportamiento.

Promueve la confianza y cooperación y se ha encontrado que las personas con mayor oxitocina muestran más empatía y generosidad. También se ha observado que la oxitocina promueve la cooperación y reduce la tendencia a aprovecharse de los demás en beneficio propio.

Ahora bien, cabe decir que su administración externa más allá del ámbito clínico no es recomendable. Todos nosotros podemos aumentar la producción de oxitocina de modo natural. Por ello más que centrarnos en nuestros niveles actuales, lo que debemos hacer es preguntarnos qué podemos hacer para potenciar su presencia en nuestro cuerpo y beneficiarnos así de sus efectos.

Serotonina: La serotonina es la principal encargada de regular nuestro estado de ánimo. Este neurotransmisor, que también ejerce un papel fundamental en la regulación de nuestro funcionamiento intestinal, tiene la capacidad de llevar a cabo las reacciones químicas necesarias para aumentar nuestro de sentimiento de bienestar y satisfacción.
Una adecuada alimentación ayuda a estimular la serotonina en nuestro organismo.
Este neurotransmisor de la felicidad se sintetiza en nuestro cuerpo gracias a la acción del triptófano. Esta molécula es un aminoácido esencial vital para el buen funcionamiento de nuestro cerebro. Por suerte, el triptófano se encuentra en una gran variedad de alimentos, por lo que el consumo de estos, junto con un estilo de vida saludable, pueden ayudarnos a aumentar los niveles de serotonina y en consecuencia, sentirnos mucho mejor.
Algunos alimentos que te ayudan a generar la serotonina de manera natural son:  frutas secas como nueces y almendras, verduras de hojas verdes, arroz, pastas, banana, leche, huevo, pescado y una barrita de chocolate amargo.

Dopamina: La dopamina es un mensajero químico (neurotransmisor) del sistema nervioso central (nuestro cerebro). Activa 5 tipos de receptores celulares de dopamina, del D1 al D5. Es uno de los muchos neurotransmisores que usan las neuronas para comunicarse entre ellas y es una sustancia que no solo la produce el ser humano, sino también puede ser producida en laboratorios.

La dopamina es frecuentemente considerada como la causante de sensaciones placenteras y la sensación de relajación. Esta sustancia se encuentra distribuida en diferentes regiones de nuestro cerebro y en cada zona desempeña un papel diferente.

Todos necesitamos un nivel adecuado de este neurotransmisor, pero no solo esto, necesitamos también que se reparta de manera adecuada en nuestro cerebro para poder llevar a cabo un sin fin de funciones.

Endorfina: Las endorfinas son sustancias producidas por nuestro cerebro, con una estructura muy similar a la de los opiáceos (morfina, opio, etc.) pero sin sus efectos adversos. Estos químicos naturales actúan como potentes analgésicos y estimulan los centros de placer creando situaciones satisfactorias que contribuyen a eliminar el malestar.

El cuerpo produce endorfinas como respuesta a múltiples sensaciones, entre las que se encuentran el dolor y el estrés. También influyen en la modulación del apetito, en la liberación de hormonas sexuales y en el fortalecimiento del sistema inmunitario. Cuando sentimos placer estas sustancias químicas se multiplican.

Las endorfinas tienen una vida muy corta ya que son eliminadas por determinadas enzimas que produce el organismo. Es una medida para mantener el equilibrio de nuestro cuerpo y no ocultar señales de alarma.

 

Compartiremos 5 actividades que ayudaran a nuestro cuerpo a producirlas.

 

1. La práctica de mindfulness o atención plena. Al practicar mindfulness además de enfocar la atención en nuestra experiencia presente en una actitud de apertura y no juicio, básicamente respiramos de forma pausada y profunda usando nuestro diafragma, este movimiento  favorece la producción natural de serotonina en el sistema nervioso entérico, también favorece la secreción de endorfinas las llamadas hormonas de la felicidad y benzodiacepinas endógenas sustancias ansiolíticas relajantes y descontracturantes, además, la respiración abdominal estimula el nervio vago lo que rápidamente inunda nuestro cuerpo de acetilcolina y favorece la reparación del tejido cerebral y la regeneración celular en todo el cuerpo.

2. La generosidad y amabilidad la neurociencia afectiva ha realizado recientemente algunos estudios que han vinculado el descenso de estados depresivos con actitudes y emociones positivas y ha demostrado que la amabilidad y la generosidad aumentan nuestros niveles de oxitocina y no nos referimos exclusivamente a conductas dirigidas hacia los demás sino también a gestos de generosidad y amabilidad dirigidos hacia nosotros mismos, las palabras negativas envían una señal de alarma que activa una respuesta de protección en nuestro organismo con lo que las hormonas del estrés y los agentes inflamatorios inunda nuestro sistema detiene el crecimiento biológico interrumpen algunos procesos cognitivos y bloquean la producción de ciertos neuroquímicos que nos ayudan a manejar el estrés cuando usamos palabras amables y optimistas está hablando o pensando liberamos antidepresivos naturales y aumentamos nuestro razonamiento cognitivo.

3. La práctica de la gratitud, la gratitud es un ejemplo fascinante de una emoción que puede cambiar por completo nuestra fisiología, la gratitud es un estado de apreciación y agradecimiento por lo recibido ya sea esto tangible e intangible, provoca una respuesta hormonal que bloquea el daño causado por las hormonas del estrés y favorece la producción de los neurotransmisores antidepresivos dopamina y serotonina.

Una forma muy sencilla de practicar la gratitud es crear un diario de gratitud es cómo llevar un diario normal y corriente, pero en este caso escribes cosas por las que te sientes agradecido diversos estudios señalan que sólo unos minutos al día son más que suficientes así que dale una oportunidad cada mañana al levantarte o por la noche antes de acostarte.

4.Caminar en la naturaleza, los habitantes de ciudades con poco acceso a espacios naturales tienen una mayor incidencia de problemas psicológicos y una mayor cantidad de hormonas del estrés en sangre que las personas que sí tienen acceso a espacios naturales.  caminar en zonas tranquilas y arboladas mejora nuestra salud mental y nuestras capacidades cognitivas, equilibra nuestros estados de ánimo y disminuyen la ansiedad y la rumiación  mental,  gracias a la disminución de la actividad en una parte del cerebro conocida como la corteza prefrontal subgenual correlacionada con algunos tipos de trastornos del estado de ánimo,  el contacto con la naturaleza propicia que la corteza prefrontal subgenual reciba un menor flujo sanguíneo y calme su reactividad y esto abre la vía para la producción de bioquímicos del bienestar.

Estar en un medio natural, lejos del ruido, del consumismo… tiene un gran efecto saludable, veamos algunos efectos saludables en nosotros.

  • LA NATURALEZA SIEMPRE NOS ACEPTA
  • NOS SENTIMOS MÁS LIBRES
  • ES FUENTE DE INSPIRACIÓN
  • NOS PERMITE TOMAR DISTANCIA DE LO QUE NOS INCOMODA
  • CONTRIBUYE A UN ESTADO DE CONCIENCIA MÁS SALUDABLE

El entorno natural modifica el modo en que funciona nuestra mente. Cuando nos movemos con todos los sentidos abiertos por el campo, la atención dirigida descansa y es reemplazada por la fascinación.

5. La risa o buen humor además del ejercicio físico, la risa es una de las formas más eficaces de inducir la liberación de endorfinas.

Reír es saludable, se ha demostrado científicamente que el córtex cerebral libera impulsos eléctricos un segundo después de comenzar a reír, expulsando de nuestro organismo la energía negativa.

En cuanto a los efectos a nivel psicológico, la risa elimina el estrés y alivia la depresión, incrementando la autoestima y la confianza en uno mismo. Combate miedos y fobias, así como la timidez, al facilitar la comunicación entre las personas, expresando emociones y favoreciendo la existencia de lazos afectivos. La risa alivia el sufrimiento, además de descargar tensiones, potenciando la creatividad y la imaginación.

Alice Isen de la Universidad de Stanford resumió un amplio cuerpo de investigaciones empíricas indicando que las personas que experimentan emociones expansivas incluyendo el placer que produce el humor y la risa presentan mejoras en una amplia gama de habilidades cognitivas y comportamientos sociales muestran mayor flexibilidad mental resuelven problemas de manera más creativa su reflexión planificación y discernimiento son más eficaces y sus comportamientos pro sociales como la ayuda y la generosidad son mucho más agudos.